viernes, 24 de julio de 2015

Purga

Mi garganta está agrietada
Te imploro, dame de beber
Esta fiebre se apodera
De mi mente y de mi ser

Sombras me rodean, melosas
Me tocan, muerden, rozan
Gritan, ríen, gimen y lloran
Sombras de una sombra

Envenenan fácil mi sangre
Y alucino, hiervo vacilante
Erro, me vuelco en susurros
Te odio, mas aún te busco

Hierro al rojo me encadena
Al peso de mi alma de plomo
Llévame a ti, mar inquieto
Húndeme, lento refresco

He levantado con mis uñas
Un palacio de piel y huesos
De muerte en vida y agonía
De locura y risas de muertos

Cuervos vienen rondando
No se acerquen, les pido
Déjenme, no me toquen
Ni miren, soy de ustedes

Gusanos me trepan, corroen
Sacuden, aligeran, borran
Digieren, tragan, escupen
Llevan a cabo la purga

El cuerpo sólo es carne verde
Mis órganos líquido amarillo
Temo que, buscando mi rostro
Toque de lleno mi mente

¡Ratas, y monstruos, vigías!
Ojos y ojos me rodean
¿Qué esperan en sombras?
¿Qué dicen en mi sombra?

Y grito, pataleo acobardado
Sufro, ganchos me mecen
Como la cuna del Maldito
Arrullos que decrecen

Rocas y lava, agua y carbón
Víboras me visten viscosas
Jadeo al tragarlas, ardor
El veneno por dentro devora

El aire se ha vuelto caliente
Entra a mi boca y rebota
Mis pulmones se secan
Mis labios se derriten

La garra que me despedaza
Hedor a azufre emana
Lentamente y sin esfuerzo
Va abriéndome el torso

Y toma mi corazón oscuro
Se relame sin miramientos
Lo besa, aprieta y traga
Lo escupe sobre mis llagas

Y todo aquello que me quitan
Y comen, desgarran y derriten
el infierno mismo lo regenera
Mi suplicio eterno se repite

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