Acérquense musas del pasado
invádanme de su sabiduría
cual la concedida a Homero
para escribir tal Travesía
Acudan a mi llamado, les imploro
mi alma arde por un nuevo poema
Mas me es escasa la información
para describir la Perdida Ciudadela
Mis plegarias no son inservibles
Acuden imágenes borrosas
Las olas chocando apacibles
burbujeantes en la costa
Edificios de gran altura rodean
Una plaza verde, descomunal
Frondoso valle a las afueras
Todo rodeado por el mar
Hombres en elegantes trajes
Mujeres envueltas en fina seda
Pasean por las calles los sabios
juegan los niños en las veredas
En templos plegarias y alabanzas
Hacia aquellos que los protegen
Desequilibrada la balanza
Pocos son los que agradecen
Puedo ver cómo la historia avanza
los dioses celosos, llenos de ira
desataron sin piedad su venganza
Un diluvio creció sobre la isla
El viento con fuerza soplaba
En sus casas se escondía la gente
de raiz los árboles arrancaba
el frío soplido de La Muerte
Las olas golpeaban la costa
los navíos, frágiles, se hundían
al chocar con imponentes rocas
Curioso es, antes no existían
El cielo de gris se teñía
el final ya estaba cerca
los niños ya no reían
Los envolvía una tiniebla
Los sabios en Congreso reunidos
Ante estos signos reflexionaron
"Es la ira de los dioses" dijeron
"es el fruto de nuestros pecados"
¡Cuán testarudo puede ser el hombre!
No quiso escuchar la advertencia
Creyó que todo aquello pasaría
Negó de sus dioses la penitencia
Esto aún más los enfureció
la advertencia había sido ignorada
El mar de rojo sangre se tiñó
Tomó la costa, más allá azotaba
Inútil de la gente el esfuerzo
de ocultarse en sus hogares
Las olas arrasaban a su paso
Edificios a centenares
En tanta confusión reinante
un carro bajó del cielo
en la Plaza Principal frenó
tres dioses descendieron
Uno de ellos era sombrío
oscureciendo al caminar
El suelo se volvía frío
Hades quemaba al pisar
El segundo bajó imponente
viendo sus dominios avergonzado
Asió con más fuerza su tridente
Poseidón ya no era respetado
Por último descendió Aquel
que derrotó a Cronos con sus manos
En su mano, un fulminante Rayo
Zeus se paró junto a sus hermanos
Los atlantes se postraron a sus pies
Rogando poder ser perdonados
mas para ellos ya tarde era
el Juicio Final había comenzado
"¡Mortales insensatos!" Dijeron
"nuestra indulgencia se ha acabado
Ahora pagarán un alto precio:
sus vidas por tanto pecado"
Y así los tres Hermanos partieron
dejando a los mortales desolados
el agua comenzó a ascender
rápidamente fueron tapados
¡Musas!, ¿Qué ha sido de ellos?
el mar en una noche los ha devorado
mas Poseidón de algunos se apiadó
bajo el agua continúan respirando
Y es así como la Gran Atlántida
bajo el agua ha quedado sepultada
silenciosa, oculta y sumida
bajo sentencia mortal anunciada
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