domingo, 22 de julio de 2012

Poema para Pichu


Gracias por todo, aunque la distancia siempre nos coma volvemos a juntarnos cuando nos necesitamos

Júbilo ante tu bienvenida presencia siento
Unión entre amigos siempre presente
La vida nos ha juntado como hermanos
Inútiles las cadenas que quieren atarnos
Envuélvete en alegría, vuela conmigo
Tiempo hay de sobra para las penas
A tiempo hoy estamos, olvida las caídas

Bienaventurados nosotros, tan buenos amigos
En estos tiempos de falsedad sin compromisos
Llevan en sus corazones grises muertos sentimientos
Estamos tan vivos, protegidos ante el viento
No temas, nada podrá arruinar este momento

Pacto de hermanos, amigos o compañeros
Inviernos con frío no pasaremos ahora
Codo a codo iremos hablando de lo que viene
Cara a cara al destino estaremos viéndolo tranquilos
Invento del temeroso es el "imposible vencer"
Reír de lo malo es de valientes, lo sabemos ambos
Intento expresar la felicidad que me da tu afecto
Largo tiempo seremos amigos, eso es lo que espero
Luchando por hacer de éste un lugar mejor
Imagina a tus hijos llamándome tío

domingo, 8 de julio de 2012

Noche

Un cuentillo de esos que te hacen a acordar a la locura al despertarte, de ese sentimiento de paranoia, cuando sabés que estás totalmente solo, excepto por esa oscuridad que te rodea.

Noche



Te despiertas de un profundo sueño, ya no recuerdas lo que en él pasó, las imágenes se escapan de ti a medida que los segundos pasan, pero tu corazón late con fuerza, y un miedo infundado se apodera de ti, llevándote a abrir los ojos y observar a tu alrededor lentamente, apenas podiendo mover la cabeza.
La oscuridad es absoluta y por más que te esfuerzas en descubrir un rayo de luz, sólo puedes sentir como la noche te rodea, cada vez más oprimente sin dejarte respirar con normalidad. Dejas de intentarlo, ya con un dolor en los ojos del intento de dilatar aún más tus pupilas.  
Tus sentidos comienzan a despertarse, el hecho de no poder ver agudiza los demás, sin embargo no logras captar sonido alguno, tan sólo el de tu respiración agitada que aumenta cada vez más su velocidad. Comienzas a dudar, tu cerebro al fin comienza a trabajar. Te preguntas dónde estás, qué es lo último que recuerdas del día anterior y qué es lo que te perturba. Sientes que no estás solo, a pesar de no percibir nada más que a ti mismo, tu intuición te dice lo contrario. El miedo se convierte en terror, tiemblas desenfrenadamente, un sudor frío recorre tu cuerpo, cuando comienzas a sentir como la temperatura desciende abruptamente, congelándote hasta el alma. Te mueves, logrando así despertar el tacto, sintiendo las sábanas sobre ti inútiles ante el frío que hay dentro de tu propio ser, ese que se apodera de tu garganta y tu pecho, haciéndote perder la valentía que poseías a pesar de todo. Tu piel se pone de gallina, y el pelo de la nuca se te eriza al igual que el pelaje de un gato al sentirse amenazado. Cierras con fuerza tus ojos, los cuales tenías abiertos inútilmente.
Una extraña sensación, un presentimiento más allá de los cinco sentidos, ese misterio de la mente humana, hace sentirte oprimido, sientes que una entidad, una fuerza te rodea y se acerca cada vez más y más, algo se cierne sobre ti, no sabes qué ni de dónde proviene, pero puedes detectar su presencia. Apretas los dientes, hasta sentir dolor, insignificante ante el daño psicológico que estás sufriendo. Sabes que se acerca, pero no logras distinguir nada
Lo sientes sobre tu cama, pero el sentimiento de aprisionamiento no se detiene: Alrededor no hay nada más que tu cama. Las paredes cada vez más juntas una de la otra, el aire escasea, pero te niegas rotundamente a sacar tu cabeza de aquella inútil e infantil defensa constituída por unos trozos de tela helados.
Te esfuerzas terriblemente por intentar develar la escencia de lo que te está paralizando, pero la incertidumbre que te genera aumenta tu terror. Intentas pensar en otra cosa, dejar de lado esa claustrofobia naciente, pero la oscuridad también domina en tus pensamientos, no logras definir una imagen.
De repente el mundo se redujo a tu propio cuerpo, aquel pequeño envase frágil de un alma más indefensa que su armadura de carne. Te acurrucas intentado protegerte de algo desconocido, que rápidamente va rodeándote por completo. Ya no tienes escapatoria, sólo tienes la lenta tortura de la espera, de lo desconocido. Algo tira de tu fortaleza, y tus manos tiemblan demasiado para el forcejeo. Cae tu último mecanismo de defensa e intentas gritar, pero ningún sonido sale de tu pecho, o quizás la oscuridad no te permitió oírlo. Es el final, tus ojos fuertemente cerrados dejan escapar lágrimas y con resignación comienzas a encomendarte a lo que sea que esté por ocurrir.
De pronto los abres, y no recuerdas bien qué estabas soñando, pero tu corazón late con fuerza y un miedo infundado se apodera de ti.

lunes, 2 de julio de 2012

Tengo

Tengo

Tengo piedras en mis zapatos
un puñal en el corazón
veneno en mis labios
y un ataúd en mi interior

Tengo un horno en mi cabeza
los nervios tan destrozados
los ojos rojos del insomnio
una lágrima cayendo al costado

Un fantasma en los recuerdos
un sentimiento de odio y asco
un dolor que jamás termina
sangre sucia que llena un frasco







Tengo las heridas abiertas
El control ante un arrebato
una agonía que destruye
Aún me queda para rato
 
Tengo un deseo de regalarme
otro intento ante el fracaso
un nudo en la garganta
noche a noche desato y ato

Tengo una promesa guardada
una especie de contrato
sus términos tan imposibles
perdona, te he estado fallando

Tengo entre mis manos
el espejo interior
tengo reflejo, tan ingrato
Corazón no pareces tambor

Tengo, para terminar,
miedo del pasado
del presente y del futuro
del adiós al Ser amado

Y sin embargo aquí sigo
sin tener todo controlado
lo que más importa tener
son ganas de seguir peleando