jueves, 1 de marzo de 2012

Yo quemaré tus cartas

¿Por qué lo hice? no sé, quería hacerlo, quería dejar todo eso en el pasado, dejar atrás todo lo que me hace mal, su recuerdo. Si me arrepiento no, guardé los dos más importantes papeles todo lo demás ardió y lo vi arder.



El que llevaba en mi billetera a todos lados fue el último porque era el mejor, y verlo arder me provocó tantos sentimientos y pensamientos, mi bocho por fin estaba dejando de ir a mil, y se frenó un ratito para mirar.



Tener ahí al lado mío a mi mejor amigo fue el toque que necesitaba el ritual, nos reímos mientras los quemábamos todos, pero en el último él también sintió lo mismo que yo, que era un momento para callar, para sentir. Hubiese deseado que ardiese mucho más tiempo porque me hacía sentir bien.



Sentía que estaba él al lado mío y me entendía, que entendía como me sentía, que a pesar de estar bien no soy el de antes, que no tengo paz dentro mío, tantas cosas que ni sé que me pasan. Y sabía que me estaba apoyando, que estaba conmigo ahí como siempre estuvo, sin necesidad de decir nada.




Había mucho viento cuando las intentaba prender, después me di cuenta que adentro de la parrilla era más fácil. Capaz que las cenizas se las lleve una ráfaga de viento hasta el próximo pibe que esté quemando cartas, para que todos los recuerdos lindos y feos vayan juntos a un mismo lugar.

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