sábado, 18 de febrero de 2012

Realismo fantastico - El bondi

Un cuento que hice en el colegio, y alargué un poco. En el realismo fantástico hay un hecho que nos desconcierta, nos hace dudar de si es totalmente realista el relato entrando en el mundo de lo paranormal.

El Bondi


Vuelves a despertarte, esta vez por el ruido del despertador sobre la mesa de luz. No has tenido una buena noche, pesadillas, demasiado cansancio y un calor agobiante han hecho de tus intentos de dormir un desperdicio de valioso tiempo. Estás empapado en sudor, sudor que curiosamente está frío, refrescándote hasta cierto punto. Rápidamente te duchas, afeitas, desayunas y realizas todas las actividades que sueles hacer todos los días a la misma hora, en el mismo lugar. Te ves cegado por el sol al abrir la puerta de tu hogar, si bien te parecía imposible, ahora sentías mucho mas calor que durante la noche. Caminas en la misma dirección de siempre, con la vista perdida hacia adelante, la mente en blanco, creerías que sigues soñando de no ser por los dolores del cuerpo tras una inquieta noche.
Nerviosamente, casi sin darte cuenta, sacudías en tu mano derecha las monedas. Hace mucho tiempo que esperas el autobús. Un tic te domina haciéndote mirar el reloj en tu muñeca izquierda. El calor es agobiante, ese sentimiento de relajación se apodera de tu cuerpo, haciéndote perder ligeramente el equilibrio en más de una ocasión. No estás solo, otros como tú, esclavos del transporte público, comparten contigo la situación, la larga espera cotidiana, la insufrible monotonía de los días que transcurren y se escapan de nuestras manos con tanta facilidad como el agua. Casi en un parpadeo te ves sentado junto a la ventanilla, enrollando inconscientemente el boleto. Alguien se sienta junto a ti. Te parece extraño, hay muchos individuales vacíos. te pregunta por una parada, intentando iniciar una conversación, pero tu falta de entusiasmo rápidamente la apaga. Algo te inquieta, miras de reojo a tu acompañante. hay algo en él que desentona, desencaja. Un aire misterioso lo rodea, atrayéndote poderosamente hacia su persona. La vestimenta parecía normal, veías detalladamente cada prenda de su cuerpo. El ruido de un reloj de bolsillo tortura tu mente, sientes que cada vez es más fuerte, más rápido, acelerando el pulso de tu corazón sin razón alguna.  Su manera de hablar, si bien lo dicho fue poco te incita a seguir hablando con él, a preguntarle qué es lo que lo atrae allí.
-Este autobús está maldito.- Escuchas de la butaca de al lado con total naturalidad, como quien habla del clima. Te quedas impactado, no le crees pero tu curiosidad te lleva a invitarlo a que se explique. No te parecía un bromista, tampoco crees que esté loco, miras a tu alrededor, nadie parece preocuparse de las palabras de tu acompañante, más bien las miradas se posan en ti, miradas furtivas y murmullos que te hacen sentir inquieto, no comprendes qué es lo que atrae de ti su curiosidad. Intentas no pensar en ello y preguntas a qué se refiere.
-Fue hace unos años, esta misma fecha, estas mismas horas. Ya por esos tiempos en la compañía tenía mala fama, muchos accidentes en los registros del DIE 666. Iba repleto, pero tenía asiento aquí mismo. Me di cuenta que me había pasado de parada, cuando miré aquel semáforo.
Volteas a verlo, allí estaba, viejo y oxidado por el paso del tiempo. Cuando vuelves a acomodarte no encuentras a nadie a tu lado. No lo encuentras en el autobús. Tu pulso se acelera, cada segundo pasa más y más lento, no logras contener el miedo, tu cuerpo tiembla, al igual que todo lo que está a tu alrededor. De repente un ruido de bocinas, el chirriar de un frenado inútil. El impacto, el dolor, la agonía, los gritos y la nada.

2 comentarios:

  1. foaaaaaaaaaa, esta MUY bueno, el mio era una verdadera PORONGA. ya veo oprque te queria verdi.. ajajajaj

    ResponderBorrar